5 curiosidades sobre los vinos D.O. Empordà

Los vinos D. O. Empordá son valorados a nivel nacional e internacional por su alta calidad de esta región del mediterráneo. En la tradición vitivinícola, resaltan por sus cualidades peculiares que caracterizan las riquezas de las tierras de esa zona.

¿Por qué son reconocidos los vinos D. O. Empordá?

Debes saber, que los vinos D. O. Empordá se obtienen de uvas excepcionales que se cultivan particularmente al noreste de Cataluña. A continuación, enumeramos cinco curiosidades sobre estos exquisitos vinos:

1. Identidad y origen del vino Empordá

Sus orígenes se remontan al siglo VI a.C., cuando existía la colonia griega Empúries. Cuatrocientos años después, los vinos fueron exportados a todo el Imperio Romano. Hacia la Edad Media, fue impulsada la producción de vinos autóctonos, convirtiéndose en pilar económico de la región.

2. Sobrevivieron a la plaga

Hacia el siglo XIX los cultivos de uvas se enfrentaron a la plaga de la filoxera. Estos insectos atacaron significativamente, por lo que recuperarse no fue una tarea fácil.

3. Por su diversidad de sabores

Vinos tintos, blancos, dulces, rosados y espumosos, están dentro de la rica variedad de vinos del Empordá. Entre estos destaca la reconocida ‘Garnatxa de l’Empordá’ o El ‘Moscatell de l’Empordá’.

4. Calidad reconocida

Los vinos D.O. Empordá se encuentran entre los vinos españoles más reconocidos. De hecho, la ‘Guía Peñín’, en el año 2018, calificó de excelente a 82 vinos de esta denominación de origen.

5. Entorno natural privilegiado

Al noreste de Cataluña, la ubicación geográfica de los cultivos es propicia por estar expuesta a los fríos vientos de la tramontana.

Los vinos D. O. Empordá son de calidad excepcional en esta zona del Mediterráneo, pues las condiciones climáticas propician frutos de alta calidad que se traducen en exquisiteces de vinos y variedad para los más exigentes paladares.

Vinos blanco afrutados una interesante elección

Los vinos afrutados ofrecen una interesante gama de aromas y sabores que provienen de sus notas frutales tan marcadas que se originan por el tipo de uva que se emplea en su producción, que puede darles tonos de albaricoque, melocotón, manzana mora o incluso algunos matices exóticos de plátano.

Estos vinos evocan recuerdos de frutas maduras que nos regalan todo su aroma y sabor, que no necesariamente son uvas; éstas por supuesto le dan su personalidad de acuerdo a sus características organolépticas y el tiempo en que son recogidas.

Blancos afrutados

Para la elaboración de vinos blancos afrutados se utilizan diferentes cepas entre ellas:

  • Malvasía: una variedad de origen mediterráneo que se emplea mayormente en la elaboración de vinos dulces, ofrece notas afrutadas de melocotón, manzana y melón.
  • Moscatel: Una familia muy extensa de uvas que incluye cerca de 200 variedades, todas aromáticas y con notas florales, esta uva es ideal para la fabricación de vinos afrutados, aporta matices cítricos y notas de albaricoque.
  • Verdejo: una uva blanca nacida del cruce de la castellana blanca y la savagnin, se le emplea en la elaboración de vinos afrutados modernamente alcohólicos con cuerpo y suavidad, con notas de manzana y pera y leves tonos de hierbas aromáticas.
  • Albariño: Una variedad propia de Galicia, por su maduración tardía los vinos afrutados producidos con esta uva presentan una graduación alcohólica de media a elevada con ciertos matices florales, destacan a además sus notas de melocotón y naranja.
  • Tempranillo blanco: una uva de gran sabor que permite elaborar vinos afrutados con notas de frutas tropicales cítricas y notas de plátano.